EUCARISTÍA

27 DE SEPTIEMBRE

EUCARISTÍA EN HONOR DE 
LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA,
MADRE DE LOS HUÉRFANOS





ANTÍFONA DE ENTRADA
Is 61, 10

Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas.


Se dice el GLORIA.


ORACIÓN


Dios de misericordia, que has derramado tu ardiente amor hacia los pobres y los huérfanos en el corazón de la Virgen María, concédenos, por su maternal intercesión, crecer siempre en el testimonio de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.




PRIMERA LECTURA

Como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo

Lectura del Profeta Isaías                                                                                                      66, 10-14c

     Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes.
   Porque así dice el Señor: Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo; (en Jerusalén seréis consolados).
   Al verlo se alegrará vuestro corazón y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus siervos.

Palabra de Dios.




SALMO RESPONSORIAL

Sal 145, 6c.7.8-9a.9bc-10. (Lc 1,46) 


V/. Proclama mi alma la grandeza del Señor.

R/. Proclama mi alma la grandeza del Señor.

V/. Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

R/. Proclama mi alma la grandeza del Señor.


V/. El Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos.

R/. Proclama mi alma la grandeza del Señor.


V/. El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

R/. Proclama mi alma la grandeza del Señor.


V/. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.

R/. Proclama mi alma la grandeza del Señor.






SEGUNDA LECTURA


Dios nos alienta hasta el punto de poder alentar a los demás en la lucha 

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Corntios                                                       1, 3-7

¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordia y Dios del consuelo!
Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros
alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo
que nosotros recibimos de Dios.
Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros,
gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo.
Si nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación;
si recibimos aliento, es para comunicaros un aliento
con el que podáis aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros.
Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que, si sois compañeros en el sufrir,
también lo sois en el buen ánimo. 

Palabra de Dios.





ALELUYA 
Mt 25,40

Aleluya, Aleluya.
Dios te salve, Madre de misericordia, 
Madre de esperanza y de gracia, ¡oh María!
Aleluya. Aleluya.




EVANGELIO


Mujer, ahí tienes a tu hijo

Lectura del santo Evangelio según San Juan                                                                     19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre; la hermana de su madre, María la de Cleofás;
y María la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre.

- Mujer, ahí tienes a tu hijo.

Luego dijo al discípulo:

- Ahí tienes a tu madre.

Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. 

Palabra del Señor.



Se dice el CREDO 



ORACIÓN DE LOS FIELES



Acudamos confiados a Dios, Padre bueno, en la festividad de Santa María, la Madre de los huérfanos, en cuyo corazón Él quiso derramar su ardiente Amor hacia los huérfanos y los pobres, y digámosle suplicantes: 

¡Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos! 


1. Por la Santa Iglesia de Dios: para que sea en el mundo entero, y sobre todo entre los más pobres, signo eficaz de la paternidad amorosa de Dios. Oremos.



2. Por los que gobiernan las naciones: para que colaboren, sin desfallecer, en el establecimiento de la paz y la justicia prometidas por el Poderoso que, en palabras de María, “dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes”. Oremos.




3. Por todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu: para que sientan en sus vidas la presencia maternal de María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos. Oremos.




4. Por los niños y jóvenes, especialmente por aquellos que carecen de familia o de cariño: para que, protegidos por la maternal intercesión de la Madre de los huérfanos, encuentren siempre a personas y familias generosas que les hagan sentir la ternura de Dios. Oremos.




5. Por todos nosotros que nos alegramos en la fiesta de la Madre de los huérfanos: para que, como María, seamos fieles oyentes de la Palabra de Dios, y sepamos acogerla, meditarla en nuestro corazón y hacer lo que ella nos inspira. Oremos.

Escucha, Padre, las súplicas que te presentamos en la fiesta de la Madre de los huérfanos, y dígnate acceder a ellas, pues las ponemos bajo su amorosa protección.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.



ORACIÓN sobre las ofrendas

Celebrando el memorial de la inmensa caridad de tu Hijo,
te suplicamos, Señor, por la intercesión de la Virgen María,
que nos concedas tu ternura hacia los huérfanos y necesitados.
Por Jesucristo nuestro Señor.




PREFACIO

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
proclamar las maravillas que has cumplido
en la bienaventurada Virgen María,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Para mantener tu misericordia
de generación en generación,
has infundido en ella tu amor,
por el cual eres ayuda al huérfano y al pobre,

y sigues derramando el mismo amor en tu Iglesia,
para que, siguiendo su ejemplo inefable
y protegida por su intercesión,
aparezca sobre la tierra como signo perpetuo
de la caridad con la cual nos ha amado
Jesucristo nuestro Señor.

Por él, unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos con alegría
el himno de tu alabanza. 

Santo, santo, santo...





ANTÍFONA DE COMUNIÓN 
Lc 11, 27

Dichoso el vientre de María, la Virgen, que llevó al Hijo del eterno Padre.





ORACIÓN después de la Comunión

Habiendo recibido la prenda de la gloria futura 
en la festividad de María, Madre de los huérfanos, 
te rogamos, Señor, que transformes nuestros corazones, 
para que, llenos de tu Espíritu, 
nos entreguemos a los huérfanos y necesitados 
en un continuo servicio de amor. 
Por Jesucristo nuestro Señor.





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