LAUDES

27 DE SEPTIEMBRE

LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
MADRE DE LOS HUÉRFANOS

Solemnidad 

LAUDES

Inicio

Si Laudes es la primera oración del día se reza el Invitatorio:

V/. Señor, ábreme los labios.

R/. Y mi boca proclamará tu alabanza.



Ant. Aclamemos al Señor en la fiesta de Santa María, la Madre de los huérfanos.


Salmo 94


Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.



Se repite la antífona



Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Se repite la antífona

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Se repite la antífona

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras."

Se repite la antífona

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."

Se repite la antífona

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Se repite la antífona



Si no:

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. -Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


HIMNO 

Virgen libertadora del Emiliani: ¡Salve!
A ti, la Fundadora, te queremos saludar.
De nuestra filas suba hasta tus pies, Señora,
la ofrenda portadora de todo nuestro amor.

Madre de los sin madre: socorre desde el cielo
a cuantos, en su duelo, imploran protección.
E infunde en nuestras vidas el celo y la alegría
con que el Miani, un día, a ellos se entregó.

Gloria a Dios Padre bueno y al Hijo Jesucristo
y al Espíritu, gloria por toda eternidad.
Y tú, Santa María, recibe la alabanza
que huérfanos, tus hijos, venimos a cantar. Amén. 



SALMODIA 

Ant. 1 Todos tus hijos serán instruidos por el Señor y tus hijas gozarán de una gran paz.

Salmo 62, 2-9 

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Todos tus hijos serán instruidos por el Señor y tus hijas gozarán de una gran paz.


Ant. 2 Alza los ojos y mira a tu alrededor: Tus hijos vienen de lejos y tus hijas 
se acercan desde la ribera. 

Cántico Dn 3, 57-88. 56

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre...)


Ant. 2 Alza los ojos y mira a tu alrededor: Tus hijos vienen de lejos y tus hijas 
se acercan desde la ribera. 


Ant. 3 En todos los pueblos donde se escuche tu nombre será glorificado en ti 
el Dios de Israel. 

Salmo 149

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 En todos los pueblos donde se escuche tu nombre será glorificado en ti 
el Dios de Israel. 



LECTURA BREVE 

Bar 4, 36-37; 5,3 

Mira hacia Oriente, Jerusalén, y ve la alegría que te viene de Dios. Mira: llegan tus hijos, a los que despediste, vuelven reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres de la gloria de Dios. Dios mostrará tu esplendor, Jerusalén, a cuantos viven bajo el cielo. 



RESPONSORIO BREVE 
Cfr. 1Cor 9,22

R/. Dichosa tú, María, que has creído: * porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Dichosa tú, María, que has creído: porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

V/. Cristo, colgado en la cruz, te dio como madre al discípulo.

porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Dichosa tú, María, que has creído: * porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.



Benedictus, ant. Ave, fuente de gracia y de todo consuelo; Ave, dulce Madre de los huérfanos, que curaste nuestras penas y sobrellevas- te todas nuestras opresiones. 

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar:)

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Benedictus, ant. Ave, fuente de gracia y de todo consuelo; Ave, dulce Madre de los huérfanos, que curaste nuestras penas y sobrellevas- te todas nuestras opresiones.


PRECES

Acudamos confiados a Dios Padre todopoderoso, que quiso anteponer a María, la Madre de Cristo, a todas las criaturas celestes y terrestres y digámosle: 

Mira a la madre de tu Hijo y escúchanos. 

Padre de las misericordias que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera tu esclava fiel 
- concede a tu Iglesia poder alcanzar, guardando tu Palabra, los frutos de la justicia y del amor para la salvación del mundo. 

Padre de las misericordias que haciendo en la Virgen María cosas grandes nos mostraste las inmensas riquezas de tu gracia. 
- haz que todos los hombres se transformen a imagen de tu Hijo. 

Padre de las misericordias que nos diste a María como madre y modelo, 
- por su intercesión, infunde tu amor en nuestros corazones. 

Padre de las misericordias que hiciste de María arca de la alianza, 
- enséñanos a descubrir el rostro de tu Hijo en todos los hombres y a reconocerlo sobretodo en los que sufren y en los pobres. 

Padre de las misericordias que derribas del trono a los poderosos y enalteces a los humildes, 
- haz que, por intercesión de la Virgen, te reconozcan como Padre y defensor suyo. 

Se pueden añadir algunas intenciones libres.


Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.



Oración

Dios de misericordia que has derramado tu ardiente amor hacia los pobres y los huérfanos en el corazón de la Virgen María: concédenos, por su maternal intercesión, crecer siempre en el testimonio de tu amor. 
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.


Conclusión

Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:


(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)


V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.


Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza la siguiente fórmula final:


V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.


V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, 
      descienda sobre vosotros.
R/. Amén.



Si se despide a la asamblea se añade:



V/. Podéis ir en paz.

R/. Demos gracias a Dios.




JACULATORIAS

V/. Dulcísimo Jesús,
R/. no seas mi Juez sino mi Salvador.


V/. María, Madre de los Huérfanos.
R/. Ruega por nosotros y por todos los huérfanos del mundo.


V/. San Jerónimo Emiliani.
R/. Ruega por nosotros y por todos los huérfanos del mundo.

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